Congregación para la educación católica
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   Fue erigida por Sixto V con la Constitución "Immensa" de 1588, y la denominó "Congregación pro universitate studii romani". Su misión fue supervisar los estudios en la Universidad de Roma y de otras católicas: Bolonia, París y Salamanca.
   En 1824 León XII la reformó y llamó "Congregatio studiorum" para cuidar los estudios en el Estado Pontificio. Pero desde 1870 se extendió su autoridad en las Universidades Católicas.
   En la Reforma de San Pío X de 1908 se actualizó su misión y Benedicto XV la amplió con una sección para los seminarios y la llamó "Congregatio de seminariis et studiorum universitatibus." El nombre fue cambiado de nuevo en 1967 por Pablo VI por el de "Sacra Congregatio pro institu­tione catholica". En 1988 se la designó ya con el nombre actual: Congregación para la Educación Católica (en seminarios e institutos de estudio), rigiéndose desde entonces con la Constitución "Pastor Bonus" de Juan Pablo II.
   Está dirigida por un Prefecto, un Secretario y un Subsecretario. A comienzos del siglo XXI contaba con 39 miembros, entre Cardenales, Arzobispos y Obispos y un equipo de 23 colaboradores y 35 consultores.
   Los trabajos y orientaciones se mueven en tres terrenos interrelacionados: primero, seminarios que no dependen de la otras Congregaciones (Evangelización de los Pueblos,  Iglesias Orientales y Religio­sos); segundo sobre universidades, facultades, institutos y escuelas de estudios superiores eclesiásticas y civiles que dependen de eclesiásticos; y tercero, sobre las escuelas e instituciones edu­cativas católicas.
   Resalta la acción orientadora sobre las Escuelas Católicas, ofreciendo documen­tos orientadores y entendiendo de problemas especiales de competencias y rela­cionándose con otros organismos internacionales.